miércoles, 22 de octubre de 2008

EL FRACASO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ANDALUCÍA

Málaga, como ha señalado Nadal, era hacia 1850 la segunda provincia industrial de España, inmediatamente después de Barcelona. La siderurgia y el algodón, los secotes claves, habían tenido efectos multiplicadores haciendo proliferar gran número de pequeñas industrias a su alrededor (14).

Además de la dos ferrerías -”La Constancia” y “El Ángel”- y la industria malagueña de tejidos, había en Málaga dos fábricas de productos químicos,13 de jabón, 7 industrias de curtidos, 6 de tejidos de seda, 8 de lino y cáñamo, 4 de albayalde, una de abanicos, otra de sombreros y otra de pinturas, aparte de alimenticias: 13 de pasta, 11 de almidón, 2 de cerveza, 2 de salazones, y más tarde la de refino de azúcar. Si a esto añadimos una fábrica de aserrar madera, una fábrica de botones de pasta, otra de “negro de marfil”, numerosas alfarerías y 13 tejares, tendremos un cuadro bastante completo de las actividades industriales en la capital hacia 1850 (15).

Con este complejo industrial, cuyo rasgo característico era su “modernidad” (16), Málaga parecía destinada a ser una de las provincias más desarrolladas de la nación española. Pero no ocurrió así. Por el contrario, la prosperidad señalada dio paso a una crisis que se fue acentuando a lo largo de la segunda mitad del siglo. Algunos de sus factores determinantes han sido ya resaltados: el problema del combustible para la siderurgia, que impidió la posibilidad de competir con los altos hornos del cantábrico (17); la irrupción de la filoxera -al comienzo de los años ochenta- en el caso de la industria textil, produciendo la ruina del agricultor y haciendo desaparecer, por tanto, el mercado de salida.


GARCÍA MONTORO, Cristóbal. Málaga en los comienzos de la industrialización. Manuel Agustín Heredia (1786-1846). Córdoba, Instituto de Historia de Andalucía, 1978.Págs. 150 y 151.

[Cristina Pérez García, Verónica González León y Aurora María López Aceituno]