martes, 11 de noviembre de 2008

CRÍTICA A LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA EDAD MODERNA

LOS VICIOS DE LOS ESPAÑOLES

Estos son á mi ver cuatro: El primero es el exceso de los trajes, los cuales, por exceder extraordinariamente al caudal ordinario de la renta ó hacienda, engendran ordinarias trapazas y pleitos, por cuya causa están las ciudades afianzadas; y eso poco de la hacienda que avíe de andar como en rueda del mantenimiento de casa, se va en las audiencias.
El segundo vicio es que en sola España se tiene por deshonra el oficio mecánico, por cuya causa hay abundancia de holgazanes, de malas mujeres,y demás de los vicios que á la ociosidad acompañan , y  toda la cofradía del número; de quien dice Horacio (Hor., lib. I, ep II): Nos numerus sumus, fruges consumere nati: "No somos para mas los baldíos de para augmentar el número de los hombres y comer pan de balde". Los cuales si no tuviesen por deshonra el oficio de mecánico, allende que represarían el dinero en su tierra que para comprar las industrias de las otras naciones se saca, excusarían muchos pecados que ordinariamente suelen nascer de la ociosidad.
El tercero vicio nasce de las alcurnias de los linages, el cual aunque parece común con otras naciones, en esto es proprio de España que se da por afrenta la novedad de familia, si no se deriva de la tierra de Scanzia, ó según Jacob Ziglero Schondia, de donde dice Jordanni (Jorn. div.rom II) que salieron los godos; y aunque dice el apóstol (Gala., I Ephes., VI; Colo.,II; Act.,X), que Dios no es aceptador de personas, piensan los que en España se ceban de las alcurnias, que de los antiguos blasones tienen facultad para blasonar de los otros; y á los que Dios ayuntó en una iglesia, quiere desapriscar el retinte de las hazañas de los antepasados; como diga la escriptura divina (Prov, VI): Sex sunt que odit Dominus, et septimun detestaur anima eius, occulos sublimes,linguam mendacem, manus effundentes innoxium sanguinen, cor machinans cogitationes pessimas, pedes valoces ad currendum in malum, proferentem mendacia, testem fallacem et eum qui seminat inter frates discordias. De aquí paresce cuán detestable sea delante de Dios el que deja la confederación de la gracia que recibió en el sacro baptismo y estriba en el rancio apolillado de Babilonia, cuando los nembrothistas (Génesis, XI) quisieron celebrar su renombre con el blasón de la torre.
El cuarto vicio es que la gente española ni sabe ni quiere saber; por el cual vicio no solamente no buscan quien les aconseje lo que les cumple, mas al que por caridad quiere dar consejo de suyo, movido por lo que el Eclesiástico dice (Ecles., XVII): á cada uno mandó Dios que tuviese cuidado sobre su prójimo, en lugar de agradecimiento le dicen que mire sus duelos y no se cure de los ajenos, como si fuesen ajenos al pie los males de la cabeza. Desde vicio nasció un refrán castellano, que en ninguna lengua del mundo se halla, sino en la española, en donde solamente se usa, que dice: Dadme dineros y no consejos; por donde nascen muchas ocasiones de muchos y grandes penados.

VENEGAS; Alejo. Los vicos de los españoles (1537). cit. en: Textos para la Historia de España. Barcelona, Labor , 1984.

[Daniel Jiménez Cobo]